¿PROBLEMAS DE ESPALDA? HERNIA DISCAL (I)

Una de las patologías más comunes que nos estamos encontrando en el siglo XXI son problemas de espalda, asociado a la forma de vida en la que nos hemos inmerso. Concretamente vamos a centrarnos en las hernias discales localizadas en la zona lumbar. 
 
¿Cómo se produce una hernia discal?

Para que podamos entenderlo, es necesario saber como es la columna: la parte ósea la constituyen las vértebras y entre ellas se encuentran los discos intervertebrales. Estos están formados por tejido conectivo cuya función es la de amortiguar las presiones que recaen sobre la columna. 
Existen diversos motivos (accidente, sobreuso, exceso de presión en un momento determinado) por los que el disco puede empezar a perder el contenido acuoso y disminuir su función amortiguadora. Esto puede llegar a producir el desplazamiento del disco o una rotura a través de una fisura en la capa externa. A esto último lo denominamos hernia.
 
Esta hernia puede ejercer presión o pinzar los nervios que se encuentran localizados en la columna y el dolor puede radiarse hacia la pierna.
Este fenómeno provoca una inestabilidad lumbar, es decir, genera una pérdida significativa de la capacidad que tiene el sistema estabilizador de la columna para mantener las zonas neutras intervertebrales dentro de los límites fisiológicos (Panjabi, 1992). Con la rotura se produce una expulsión del material nuclear que conlleva una descompresión del núcleo pulposo lo cual reduce la resistencia del disco durante la flexión. (Adams y cols, 2002).
¿Qué implicación tiene en nuestros movimientos diarios? 
 
En la flexo-extensión del tronco es donde nos vamos a encontrar con el principal problema. Esto se debe a que el comportamiento mecánico de los tejidos espinales se altera a causa de la lesión, disminuyendo su elasticidad y por tanto su rango de movimiento.
 
Es decir, el momento flexor durante la inclinación anterior del tronco, es la principal fuente de daño para el tejido conectivo de las estructuras espinales. Este daño aumenta con el grado de flexión alcanzado. Cuando la columna lumbar se aproxima a su máxima flexión, pequeñas oscilaciones del grado de flexión causan grandes variaciones en el momento flexor (Dolan y Adams, 1993). La estrategia es proteger las estructuras espinales dañadas al disminuir la máxima flexión y el tiempo en el que la flexión del raquis permanece en rangos cercanos al límite.
 
¿Qué musculatura debemos conocer y tratar?
           

Respecto a la musculatura implicada en este tipo de lesión, muchos estudios hablan de los erectores espinales y del cuadrado lumbar como musculatura relevante en el trabajo para lumbalgias. 
Respecto a la musculatura lumbar, existe una controversia alrededor de la hipo o hipertonicidad de la misma. Sin embargo, la creencia que mantiene que la musculatura lumbar tiene un tono excesivo (ya que permanece activada a intensidades de moderadas a intensas por su función postural – función tónica), para mantener el tronco erguido, es del todo errónea y no tiene base científica.
 
La activación de esta musculatura (medida por registro electromiográfico) cuando estamos erguidos ronda el 2-4% de la máxima contracción voluntaria (MVC), por lo que no puede considerarse por su función postural como un músculo hipertónico. 

La musculatura lumbar es en realidad hipotónica. De hecho, numerosos casos de dolor lumbar están ocasionados por la baja resistencia de la musculatura lumbar, lo que acarrea su fatiga prematura.
 
Cuando esta musculatura no está fortalecida, el raquis lumbar es inestable frente a cargas realmente bajas. Por eso debe trabajarse en una relación con respecto a los músculos abdominales más homogénea, tendiendo a una relación de 1:1 (abdominal: lumbar) en vez de la tan prescrita, pero no científica y errónea, 3:1 ó 2:1. No obstante, en situaciones donde exista un desequilibrio entre ambos grupos musculares, es posible una relación de trabajo diferente hasta equilibrarlos.


Sin embargo, dado que su esfuerzo es postural, la región lumbar se mantiene muy activa en personas que pasan mucho tiempo de pie, sobre todo si cargan pesos. Es en estos casos donde se puede sufrir un acortamiento de la musculatura extensora lumbar, favoreciendo un desarrollo hipertónico. 
Post escrito por Raquel Clemente