¿CONOCES TU SUELO PÉLVICO?

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El suelo pélvico femenino, esa zona desconocida y poco comentada del cuerpo que las mujeres suelen empezar a percibir y a prestar atención cuando se quedan embarazadas y que en algunas ocasiones, después del parto, no vuelve a realizar correctamente sus funciones con normalidad y da tantos quebraderos de cabeza a las mamás.

Nuestro suelo pélvico y su comportamiento puede darnos muchísima información sobre el comportamiento de nuestro Core o complejo lumbo-pélvico y de manera muy simple podemos conocer si al realizar un esfuerzo, en el que aumente la presión dentro del abdomen (llamada como intra-abdominal), este responde correctamente. Por ejemplo, si colocamos nuestra mano en el pubis y tosemos muy fuerte o damos un grito podrás comprobar si tu suelo pélvico empuja tu mano o no. En el caso de que empuje nos indica que existe una debilidad o una mala respuesta ante un aumento de presión intra-abdominal. Por lo tanto, si te preocupa si tu musculatura del suelo pélvico responde bien o quieres comprobar por curiosidad que tal responden tus músculos ante un esfuerzo, te animo a que lo compruebes tú misma.

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Imagen del suelo pélvico femenino visto desde abajo.

Sabemos en que zona se encuentra el suelo pélvico pero, ¿sabéis cuántos músculos lo conforman?

Son muchos más de los que pensamos y seguramente nunca hayamos oído hablar de ninguno de ellos, aquí te los presento: pubococcígeo, iliococcígeo, puborectal, coccígeo, piriforme y obturador interno. Todos forman una base de sustentación en la cual se apoyan los órganos de nuestro abdomen. Por lo tanto un buen tono de esta musculatura permitirá que los órganos tengan un suelo firme donde descansar y poder realizar sus funciones. Además de su función de sostén, también intervienen a nivel postural ya que si estos músculos tienen un tono basal adecuado, mejorarán la estabilidad de las articulaciones que se encuentran en la zona, como por ejemplo la sacroilíaca, lo que a su vez posiciona correctamente la cadera para que la columna vertebral se alinee bien y la transmisión de las cargas sea la más idónea.

¿Qué ocurre si estos músculos no tienen un buen tono?

Uno de los problemas de tener un déficit de fuerza en esta musculatura es la incontinencia urinaria. Esto no es una enfermedad pero es una situación muy embarazosa para cualquier persona. Simples gestos como son el toser, estornudar, gritar, coger algún peso,…hacen que nos sintamos incómodas y que no seamos capaces de controlar esta fuga; pero, ¿sabéis por qué ocurre? Porque los músculos no son lo suficientemente fuertes como para aguantar la presión de la vejiga y del canal de la uretra, y esta diferencia de presiones hace que se escape la orina.

Se dice que las mujeres que han sido mamás tienen problemas de pérdidas de orina pero, ¿realmente tienen relación una cosa con la otra?

Durante el parto la musculatura del suelo pélvico es estirada para permitir el milagro de la vida. Durante este estiramiento los músculos más afectados son el iliococcígeo y el pubococcígeo los cuales se debilitan por el torbellino de hormonas que se segregan durante el parto, principalmente la hormona de la relaxina. Un estudio cientifico de Kun-Ling Lin que fue publicado en noviembre de 2014 postuló que no encontró ninguna relación positiva entre el número de partos que tiene una mujer y padecer incontinencia urinaria. En cambio Ciobanu y Serbescu (2015) investigaron sobre la relación entre el número de partos, la edad de las mujeres y la hipotonía de esta musculatura (un músculo hipotónico es aquel que no produce niveles adecuados de fuerza) viendo que el 62,5% de las mujeres padecían de incontinencia después del parto y que habían más casos (un 33%) en los que la incontinencia eran tras un esfuerzo fuerte. En este mismo estudio quisieron ver y valorar el ambiente donde vivían los sujetos y sus hábitos de vida; siendo muy curioso los resultados pues encontraron una correlación positiva entre malos hábitos de vida destacando que las personas fumadoras tenían más riesgo de padecer incontinencia aunque no se conoce bien cual es el proceso que transcurre de forma intermedia.

Una vez conocidos los músculos que intervienen, algunos factores de riesgo y por qué ocurre, la siguiente pregunta es, ¿como puedo poner solución a esto?

No existen máquinas de ninguna marca que trabajen el suelo pélvico. Lo único que necesitas es conocer las técnicas adecuadas y ponerlas en práctica. La primera y más conocida son los ejercicios de Kegel que consisten en contracciones voluntarias del músculo pubococcígeo. Esta técnica es la más común que mandan los médicos pero, ¿sabías que hay juguetes sexuales como son las bolas chinas que te ayudan a trabajar y fortalecer el suelo pélvico?

Otra técnica que actualmente está en expansión y que está dando muy buenos resultados son la gimnasia abdominal hipopresiva la cual jugando con la diferencias de presiones dentro del abdomen y con un control de la respiración hacen que trabaje tu suelo pélvico teniendo muy buenos resultados en este tipo de problemas. Si te gustaría iniciarte en este tipo de ejercicios busca un profesional formado y cualificado para ello, en Ensa Sport lo tenemos.

KEGEL
Ejercicios de Kegel
Para iniciarte en los ejercicios de Kegel se recomienda empezar tumbados bocarriba hasta que se tenga buen control de la contracción.

Si las dos técnicas nombradas anteriormente dan tan buenos resultados según los testimonios de aquellas personas con las que hemos trabajado (Ramos, Dominguez, Reyes; 2008) desde Ensa Sport queremos dar un pasito más en la investigación y el desarrollo de buscar un protocolo más eficiente para controlar y disminuir la afección de un problema de este tipo. Por eso, actualmente nos encontramos en mitad de una investigación en el que uniendo estas dos técnicas queremos comprobar cuan eficiente son si se trabajan de forma conjunta. Así que si te interesa este tema no nos pierdas de vista.

 

Post escrito por nuestra entrenadora Laura Diaz